¿Corruptos y pend…? Escándalos no halagan a los integrantes de la LXIII legislatura del Congreso de Tlaxcala.
Por Naye Vélez
La discordia que surgió en la aprobación del cambio en la integración de las comisiones de Finanzas y Fiscalización y Puntos Constitucionales de la LXIII Legislatura Local, así como la remoción de la diputada Irma Garay Loredo de la Junta de Coordinación Política la semana pasada, fueron solo la gota que derramó el vaso para que surgiera lo peor de los integrantes del poder legislativo, quienes en plena tribuna, recibieron el calificativo de «corruptos y pendejos» por parte del diputado Víctor Manuel Báez López, que ironizando en un tono bastante molesto, sacó a relucir la percepción que los tlaxcaltecas tienen de sus representantes en el congreso, calificando el acontecer en la sesión ordinaria como un «circo» y el actuar de sus homólogos como merecedor de «mentadas de madre» por parte de los ciudadanos.
Y aunque estos apelativos surgieron al calor de una negociación a modo por parte de los diputados locales, es bien sabido que algunos integrantes de la actual legislatura han recibido múltiples acusaciones por ser partícipes en actos de corrupción y «moches», además de protagonizar toda clase de escándalos dignos de revista de chismes, pues entre plagios, actos de prepotencia y fraudes valiéndose de su fuero, los improperios soltados por Baez Lopez se quedan cortos.
Basta recordar que hace unos meses, la diputada Morenista Mayra Vázquez Velázquez fue acusada directamente por varios alcaldes de condicionar recursos de programas de apoyo al campo a cambio de «moches» para sus proveedores, situación que la puso en el ojo del huracán, ya que incluso se hablaba de algunas grabaciones en las que la legisladora se evidenciaba al incurrir en actos de corrupción.
Aunque Vázquez Velázquez negó categóricamente estos señalamientos, en la memoria de los tlaxcaltecas quedó inmortalizada como «la diputada de los moches».
Y qué decir del diputado del distrito X Jose Maria Mendez «Chema», que se ha visto inmiscuido en problemas legales que van desde fraude, falsificación de documentos y desfalco, situaciones que han quedado en total impunidad gracias al fuero del que goza. Su amplio historial de corrupción comenzó con el fraude al colegio «Juana de Arco» en el municipio de Huamantla, del que se le acusó en 2016 y siguió con varias demandas mercantiles que lo señalan como responsable de fraudes a instituciones financieras y de apropiación ilegal de varios inmuebles ubicados en la ciudad huamantleca.
Y engrosando la lista de estos ilustres representantes del poder legislativo también encontramos a Miguel Angel Covarrubias, que para llegar al puesto de diputado, plagió de forma risible un discurso de la serie de netflix «House of Cards»; pero este ha sido el menor de sus escándalos, pues ahora en su función de diputado, también ha sido señalado por amasar una cuantiosa fortuna en sus pocos años como servidor público, además de hacer mal uso de programas federales como » Jóvenes construyendo el futuro» y también por beneficiar discrecionalmente a sus cercanos con recursos públicos provenientes del congreso. A estas acusaciones se le suman la entrega de ganado enfermo y viejo a beneficiarios del sector campesino y el programa de calentadores solares que muchos calificaron como un «negocio redondo» y mañosamente distribuido.
De este modo, las soeces referencias hechas en la pasada sesión del Congreso de Tlaxcala han quedado tristemente justificadas y no por quien las realizó, sino por el propio actuar de nuestros flamantes representantes.
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